"Si las AFJP son finalmente casi liquidadas, probablemente tengan parte de la culpa. Nacieron para evitar que los aportantes fueran robados por el Estado. Pero se rindieron cuando el presidente Néstor Kirchner, el ministro Roberto Lavagna y el secretario de Finanzas Guillermo Nielsen las amenazaron con que les quitarían el negocio si no enviaban a sus aportantes a la confiscación del 65 por ciento de sus capitales ahorrados. Ahora, como diría Bertolt Brecht, igual vienen por ellas".
Una y otra vez nos quejamos de la inseguridad, de los robos y los asesinatos, de la pobreza, de la corrupción de la máxima república bananera del sur. ¿Pero qué otra cosa podemos esperar si nos gobiernan ladrones de la peor calaña?
Históricamente hubo dos clases de gobierno en nuestra republiqueta: los que roban y, por inacción extrema o incompetencia supina, dejan que la población se muera poco a poco; o los otros, altamente expeditivos, que se toman el trabajo de boletear a todo aquel que se cruce en su camino.
"Es sorprendente que se diga que es el Estado el que rescatará a los aportantes del sistema de capitalización. Quienes lo eligieron no quieren que el Estado administre sus ahorros. Huyen del Estado porque probablemente sus padres y abuelos fueron estafados aportando mucho y cobrando luego prestaciones miserables".
Menos mal que el nono se murió hace tiempo, sino ya me lo imagino viendo la tele, sin dar crédito a lo que oye y murmurando por lo bajo: "¿Pero otra vez la misma historia?"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario